Efecto Invernadero

El dióxido de carbono presente en la atmósfera procede, mayoritariamente, de la respiración de los seres vivos, de la combustión de la materia orgánica (por ejemplo los incendios forestales) y los procesos industriales (por ejemplo un motor de explosión). El dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero (o gases de invernadero) dejan pasar los rayos solares que calientan la superficie de la Tierra, pero absorben y retienen una parte del calor producido, evitando que se marche en el exterior de la atmósfera. Como este fenómeno es similar al que se da al interior de los invernaderos, donde el vidrios dejan pasar los rayos solares que calientan el interior pero no dejan escapar todo el calor, se le ha dado el nombre de efecto invernadero. La proporción de dióxido de carbono a la atmósfera y de otros gases de invernadero, como el vapor de agua o el metano, siempre se ha mantenido prácticamente constante, y gracias al efecto invernadero natural ha mantenido una temperatura atmosférica adecuada para la vida. Sin efecto invernadero habría una temperatura media de 33 º C más baja a la temperatura media actual. A partir de la segunda mitad del siglo XX, ha habido un aumento significativo de la proporción de dióxido de carbono a la atmósfera, debido a la industrialización y la gran extensión de los medios de transporte (utilización de combustibles fósiles), las cuales han aumentado los procesos de combustión y de emisión de dióxido de carbono y otros gases de invernadero a la atmósfera. Por otro lado, la destrucción de las masas forestales (deforestación) ha reducido la capacidad de la Tierra para eliminar el dióxido de carbono por fotosíntesis. Los científicos afirman que el aumento de los gases de invernadero provoca un rápido calentamiento global de la Tierra con graves consecuencias, como la fusión parcial de los hielos polares. Al aumentar el nivel del mar, muchas áreas costeras continentales quedarían inundadas. 2. GASES DE EFECTO INVERNADERO Los principales gases de efecto invernadero son el vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2), el ozono (O3), el metano (CH4) y el óxido de nitrógeno (N2O), presentes en la composición de la atmósfera. Estos gases tienen una alta efectividad en la absorción de la radiación solar en forma de calor y provocan un aumento de temperatura.